Cada vez son más los papás que buscan una educación distinta a la tradicional. Priorizan una formación más humanística y que se respeten más los tiempos de los chicos, el contacto con la naturaleza y, un mayor desarrollo la capacidad creativa. Aunque la mayoría de los padres elige estas escuelas porque están convencidos de que es la mejor educación que pueden ofrecerles a sus hijos, y porque no desean repetir su propia historia académica, otros lo hacen porque probaron con el sistema educativo tradicional y se sintieron defraudados.
En las escuelas con pedagogía Waldorf, Montessori y Reggio (las más conocidas y extendidas en Argentina), presentan una propuesta más rupturista con lo que se conoce como «escuela tradicional».
- Waldorf : Estas escuelas se plantean la educación como un desarrollo hacia la libertad individual, incorporando la expresión artística como un medio de aprendizaje en las materias curriculares. Además, los chicos participan en clases y talleres de distintos oficios. Se trabaja por períodos de siete años. Para garantizar el conocimiento profundo de la evolución de cada alumno, un mismo docente acompaña al grupo a lo largo del período.
- Montessori : Es un método cuyo objetivo es inculcar en los chicos la autonomía, la independencia, la iniciativa, la curiosidad, el amor por el orden, la concentración, la autodisciplina y el autoconocimiento. El niño va aprendiendo del medio ambiente físico que lo rodea, por lo que en Montessori todos los muebles se adaptan a él y el material es fácilmente accesible. En la clase se le facilita el trabajo y la libertad de movimiento. Cada niño se acerca a los materiales y reacciona a ellos en forma distinta y aprende a actuar de acuerdo con sus propias necesidades y su capacidad individual.
- Reggio Emilia : Tiene un profundo cuidado por lo estético, de sus propuestas y proyectos, y de las relaciones que establecen con la cultura y la comunidad. Se trabaja a partir de herramientas pedagógicas de suma importancia como la documentación del aprendizaje a través de videos, fotos y el debate y al reflexión sobre la práctica pedagógica.
En todas estas escueas, se priorizan mucho los intereses de los niños y los materiales que se utilizan son muy importantes. Trabajan con elementos concretos y después pasan a lo abstracto. En cuanto al aprendizaje, respetan los ritmos de cada chico. Hay una mirada integral, no sesgada. No existen evaluaciones escritas, los alumnos son evaluados sin que lo noten, de acuerdo con su evolución. No llevan mochila, sólo un cuaderno de comunicaciones, ya que en el colegio tienen contenedores con todos los materiales que necesitan para trabajar. El espacio físico es un agente educador, por eso se hace tanto hincapié en que sea motivador y esté preparado para desarrollar las competencias de los chicos con materiales especialmente preparados. A partir del material, surgen y se proponen los juegos. Es importante que haya espacios amplios, agradables, por los que los niños circulen. En ellos, el juego es libre, los chicos de 3, 4 y 5 años juegan juntos. Pero las salas están organizadas por edad.
El interés por estos colegios se despertó hace dos o tres años. Estas instituciones aún representan un porcentaje pequeño respecto de la oferta educativa privada, por eso en la mayoría de estos colegios suelen no haber vacantes y existe una lista de espera para ingresar. En la Argentina, la más elegida es la Waldorf por la cantidad de escuelas existentes (unas doce), que tiene todos los niveles. En cambio, la Montessori y la Reggio Emilia son fundamentalmente de nivel inicial, pero existen pocos primarios y casi ningún secundario.
A muchas de estas escuelas se las considera «elitistas» por las altas cuotas que se pagan. El material utilizado y la capacitación docente, sumado a los amplios espacios, son algunos de los elementos que encarecen las cuotas. Sin embargo, en los últimos años se fue equiparando con las privadas tradicionales.