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¿Adoctrinar o Educar?

¿Adoctrinar o Educar? 1

El adoctrinamiento hacia un alumno es lo opuesto a la educación. En la acualidad (y desde hace ya varios años arás), el conflicto docente se ha centrado en los salarios de maestros y profesores. Sin restar importancia a este tema, acotar el debate político a esta dimensión del proceso educativo evidencia que la crisis del mismo está lejos, no ya de ser resuelta, sino de ser adecuadamente dimensionada.

Dimensionar adecuadamente esa crisis requiere considerar, además del problema salarial, los contenidos de la enseñanza, así como las formas pedagógicas de impartirla. Sobre estos aspectos hay aportes de especialistas con propuestas serias aunque divergentes. No se visualizan acciones tendientes a armonizarlas de manera de llegar a un consenso mínimo que sea incorporado por el Estado al sistema educativo.

Pero hay otra dimensión del proceso educativo de la cual casi no se habla y que sin embargo es de una relevancia insoslayable: nos referimos a la transmisión, desde el aula, de valores y de contenidos ideológicos que influyen fuertemente en el comportamiento sociocultural y político de los futuros ciudadanos. El tema fue planteado por Louis Althusser en Ideología y aparatos ideológicos de Estado, donde menciona la educación, junto a la familia, el sistema religioso, los medios de comunicación y el sistema jurídico, entre otros, como aparatos que transmiten valores e ideologías.

¿Adoctrinar o Educar? 2

El avance y la consolidación de los procesos democráticos han permitido que otras fuerzas políticas no identificadas con la burguesía hayan llegado al gobierno, desde donde se preocupan tanto por imponer una nueva legislación social como de conservar el poder, y para lo cual también hacen uso de diversos aparatos ideológicos. Es el caso de nuestro país, donde el Estado en las últimas décadas ha estado lejos de representar los intereses de la burguesía, como lo muestran las diferentes formas de populismo que han gobernado «combatiendo al capital» o haciendo gala de un intervencionismo bobo que nos ha llevado al estancamiento económico. Sin abandonar el uso de los aparatos ideológicos con diferentes intensidades y contenidos.

Con la llegada del kirchnerismo ese uso de los aparatos ideológicos se convirtió en práctica política intensiva, utilizando como caballito de batalla una supuesta defensa de los derechos humanos que no era otra cosa que la reivindicación del accionar de grupos armados que en la década del 70 combatieron por la instalación de una sociedad socialista autoritaria. Y de los medios que se valieron para imponer su dominación, el sistema cultural y el educativo fueron los preponderantes, sin descuidar el uso de la fuerza como ha sido el caso de las patotas dentro del Indec.

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Tanto en el sistema cultural como en el educativo fueron dejados verdaderos «huevos de serpiente» que dan lugar a continuos nacimientos de acciones que pretenden desestabilizar un gobierno al que le niegan su carácter democrático por el sólo hecho de enarbolar otros valores y un proyecto de país diferente. Cuando en una marcha docente se pregona que «un maestro que lucha, educa», o cuando unas maestras jardineras indican a niños de tres o cuatros años que deben dibujar a policías apaleando a maestros para hacer una interpretación gráfica de la «represión» del gobierno de los ricos, se confunde la educación con un adoctrinamiento propio de regímenes nazi-fascistas o comunistas.

Roberto Baradel, secretario general de Suteba y protagonista de los actos del 24 de marzo donde se reivindicó la lucha armada de Montoneros y ERP, hizo explícita su concepción del sistema educativo al declarar que se trata de «formar ciudadanos con pensamiento crítico que aporten a la transformación social y a la lucha contra la injusticia». Y sabemos a qué llaman injusticias estos grupos, y cuáles son sus métodos de lucha. Dada la concepción que estos grupos ideologizados tienen de lo que debe ser el sistema educativo, no debe sorprendernos los pobres resultados obtenidos por la escuela pública, según surge de evaluaciones nacionales e internacionales.

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